Raúl “Beto” Basimiani no era sólo un vendedor de droga de Santa Fe que había extendido el negocio a diferentes ciudades de la provincia y a la vecina capital entrerriana. El empresario de la movida tropical santafesina recibió la condena más alta de la justicia federal local en causas por narcotráfico debido al agravamiento del delito: el uso de niñas como “soldaditas” para concretar su faena narco. El Tribunal Oral Federal (TOF) de Santa Fe le aplicó una pena de 13 años de prisión, que se suman a otra anterior por narcotráfico, lo cual unifica la condena en 18 años de prisión efectiva.